En Oreco Balgón todas las obras, desde la más pequeña a la más grande, son importantes por la motivación con la que las abordamos: pensando cómo influirán en las personas. Ese es el impulso que nos empuja cada día desde que empezamos en Galicia hasta hoy y para el futuro.
Sentar los pilares de estas estructuras es plantar los cimientos de la sociedad futura. Ayuntamientos, escuelas y bibliotecas son proyectados pensando en su contribución colectiva.
Estadios, polideportivos, centros culturales… Multifuncionales y emocionales, las estructuras transmiten lo que hemos puesto en ellas. Pasión, seguridad y emoción son nuestros valores al edificar y como resultado, levantamos construcciones que conectan con el usuario y que van más allá de la práctica deportiva, albergan eventos y están a la altura de lo que se va a vivir en ellos.
Un área de trabajo con edificaciones de amplia repercusión siempre gratificantes, tanto reformando como partiendo de cero, por su beneficio directo al ciudadano.
Nuestros edificios propulsarán emprendedores muy pronto. Están pensadas para formar parte del ecosistema empresarial a largo plazo, coexistiendo con el progreso y las generaciones.
Como especialistas en áreas comerciales creamos espacios de trasiego pensados para quedarse, porque albergan experiencias y en ellas importa tanto el producto como el marco, que debe encajar con el consumidor, haciéndole sentir a gusto.
Crear un ambiente único y exclusivo en el que te sientas en casa es tan sencillo como desear vivir allí mientras lo estás proyectando. Sintonizamos, haciendo tus proyectos nuestros, conectando al 100% contigo y con tu idea de negocio.
Proyectamos sueños, porque cada vez que levantamos un residencial estamos creando espacios para tus recuerdos y rutinas, para ser disfrutados. Obras que albergarán tus momentos.
Si hay un tipo de edificación comprometida con los ciudadanos, esa es en esencia la obra civil porque posibilita, amplía, comunica, modifica nuestro entorno para hacerlo más amigable. Y desde Oreco Balgón la concebimos para cubrir las necesidades de la gente respetando al máximo la naturaleza.
Quitar lo que sobra, dejar lo que aporta. Decorar y restaurar es volver a nuestras raíces, a lo que conocemos muy bien, porque desde 1978 hemos dado una nueva vida a muchas edificaciones, otra oportunidad de recobrar su carácter emblemático.